Me parece que fue ayer cuando mi corazón se hizo chiquito al escuchar tu llanto, sonaste como un gatito indefenso.
Mi corazón sabía que ese era el regalo que sumado al sonido de los latidos de tu corazón me dejarías para toda la vida.
Hoy 6 de febrero cumplirías 13 años de vida terrenal, y te imagino un joven muy alto, amoroso, guapo, y sobre todo muy inteligente. En esta edad empezarías con tus gustos más fuertes por las niñas, y yo tendría que hacerme la idea que alguna mocosa te vería igual.
Hoy tendrías 13 años, y talvez mi paciencia sería puesta a prueba con los cambios normales de la edad. Pero siempre estaría a tu lado apoyándote, siendo esa mamá a la recurrirías en todo momento.
Me hubiese gustado besarte aquella noche en que solo escuché tu débil llanto. Eras el niño más bello que nació aquel 6 de febrero, las enfermeras me decían su hijo es enorme y blanco te, es hermoso...
Y claro que lo eras, si fuiste un travieso ángel que te escapaste del cielo para darme la oportunidad de conocer un amor puro.
Feliz cumpleaños en el cielo, hijo mío...
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