Es casi imposible que cada fin de año me ponga nostálgica, y este 31 de diciembre de este loco 2020, no es la excepción.
Inicio con un tema gris, por que aunque una vez más me equivoqué en temas del corazón e idealicé mucho a una persona, debo decir que al final del partido le doy las gracias por destrozarme tanto, porque así una vez más pude levantarme y avanzar, no niego que me costó millón, pero lo logré.
Considero que este año, es un tiempo de purificación, talvez necesitaba ese dolor amoroso para valorarme más, para purificar mi ser.
El 2020, es un año difícil de olvidar, todos pero todos pasamos por la peor de las enfermedades, esa que es silenciosa, que lástima mucho y deja hondas secuelas, la ansiedad, que vino acompañada por depresión; ambas patologías son muy severas y quiénes antes de este loco año ya la padecíamos en mayor o menor año, pudimos de alguna manera ayudar a otros a sobrellevarla.
Este loco año, lo termino junto a seres imperfectos pero incondicionales, esos que en mis peores momentos estuvieron ahí aunque sea para darme su silencio.
Cómo ya lo indiqué este año fue un tiempo de purificación y en temas de "amigos" también salieron de mi vida personas que pensaba que me apreciaban, en su momento dolió, pero llegaron otras mejores, con las que he compartido momentos geniales.
Cómo leí por ahí, nadie llega por casualidad, todo mundo tiene su propósito, los que se fueron, los que me miran feo, hablan mal de mi o simplemente se volvieron fantasmas me recordaron que no todos son amigos y que con ellos no puedo confiar...
Mientras que los que llegaron sin ser buscados, aún no se cuál será su enseñanza, por ahora disfruto mucho su compañía.
Está pandemia me permitió estar junto a mis padres, disfrutar su vejez. No es una convivencia fácil pero aún los tengo, aquí a mi lado y eso sí le doy gracias al cielo. También pude ver cómo mi hermana se volvió una emprendedora, que de a poco avanza en su negocio. Y mi sobrino sin querer, empezó a estudiar Comunicación algo que al inicio no estuve de acuerdo pero que talvez sea una señal para avanzar en mi meta profesional y obviamente contar con su ayuda... Pero eso lo veremos de a poco.
Puedo decir que seguí siendo bendecida, mantuve mi trabajo y mi sueldo, no perdí a ningún ser querido o muy cercano a mi.
Para finalizar solo me queda decir GRACIAS 2020 por cada una de las enseñanzas, por las lágrimas, y por todo lo que aún tengo.
Gracias por todos los domingos de noviembre y diciembre; fueron geniales. Estoy segura que seguirán siendo así.
Para el 2021 no voy a planificar mucho porque el 2020 nos enseñó a todos a vivir el día a día. Pero sobre todo a vivir ese día como si fuera el último.
Bye 2020.